Ahora viene una vieja

Esta, que el autor insiste absurdamente en calificar de verídica, es la historia apócrifa de un hombre que nunca existió y que únicamente puede ser considerada como el recorrido imaginario de una aventura vital anodina, insulsa y sin mayor interés que el puramente anecdótico y, en el más optimista de los supuestos, el literario. Una verdad incontrovertible, sin embargo, constituye el germen nuclear de esta fútil peripecia humana: el hecho de que antes venía una joven, y ahora viene una vieja. Esto es tan cierto, seguro e inevitable como esa figura pálida que aequo pulsat pede pauperum tabernas regumque turres. Ella, la Felisa de la novela, es la única verdad histórica de este libro. Como suele decirse, cualquier parecido del resto con la realidad es pura coincidencia.